La lectura en la educación es muy importante, con un grado más alto en la actualidad porque, increíblemente, algunos alumnos holgazanes ni siquiera leen para memorizarse los cuestionarios que deben estudiar para contestar correctamente un examen sino en el mismo patio de la escuela y al aire libre elaboran sus “chivos” en un pedazo de hoja de papel y en letra minúscula (o los minimizan por medio de una fotocopiadora), sin temor a ser descubiertos por sus maestros. ¿Por qué no leen sus cuadernos o libros de texto? La respuesta es porque no tienen el amor por la lectoescritura que hace ver la realidad de otro ángulo. Y cuando los maestros los examinan ‘’se quedan viendo el techo” porque claramente solamente estudian para el momento; echan por los suelos todo el esfuerzo de sus padres.
Quien lee un libro o periódico se entera de muchos actos importantes y sucesos relevantes. No es lo mismo leer que únicamente ver programas de televisión. En la educación académica se necesita que se tenga el hábito de la lectoescritura y para lograrlo si se toma como ejemplos aspectos negativos, pero modificándolos en positivos, podrían dar un buen resultado. Veamos: si un joven no ingiere bebidas alcohólicas o no fuma, y otro individuo que si lo hace, le regala (y en la mayoría de veces hasta lo obliga para que reciba) una cerveza o un cigarrillo y de esa forma lo induce por el mal camino y a los vicios, sólo si se tiene la inmadurez moral y decisiva. Lamentablemente, muchas veces logran sus objetivos.
Si esa técnica funciona, entonces ¿Por qué no regalamos textos, libros, revistas...? (O mejor si es una revista como la “Cotzumalguapa”) para inculcar la lectura en los niños, jóvenes y hasta en adultos que por la deficiencia visual ya les cuesta leer. Siembren la lectura y la escritura y cosecharan otro lector o hasta un escritor.
Alguien diría por allí que escribir no cuesta, pero para poder discernir sobre un tema específico y emitir una opinión propia hay que tener el poder del análisis (o por lo menos el valor). Hagan la prueba, usted también puede escribir. Comience con seleccionar el tema, luego ordenar sus puntos de vista y tecléelo. Por último hay que revisarlo.
Maestros: para inculcar la escritura en los alumnos da muy buen resultado ponerlos a escribir sus anécdotas y explicar refranes con sus propias palabras, a resumir párrafos… en fin, existen muchos métodos para esto.
La lectura nos ayuda a autocorregir malas pronunciaciones y escritura de conceptos, a conocer palabras que sean de desconocidos significados o simplemente sinónimos a las que se usan comúnmente. Para alimentar nuestro vocabulario y de esta manera evitar la redundancia al conversar o escribir.
La lectura incide en la redacción y en la retención de información y, a su vez, genera un deseo de crear uno mismo opiniones, concejos y sugerencias que aporten a construir un mejor país. También, ayuda al desarrollo mental e intelectual y a nuestra capacidad inventiva. Usted tiene la palabra.
Autor: Luis Xalin.
Nota: Publicada en la revista “Cotzumalguapa”, agosto de 2008.