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Quince cuentos geniales



Quince cuentos geniales

     El libro El paracaidista infantil, de quince cuentos geniales del escritor guatemalteco Luis Xalin, es una obra que cuenta con los parámetros del género cuentístico. La expresión de la narrativa guatemalteca. Una diáfana creación literaria con originalidad, cuidada y claridad en las imágenes, en ese desfile de recuerdos, en ese hilo narrativo de la remembranza de la niñez. Estructuralmente los relatos van por una misma línea, pero en distintas vivencias con un buen registro de las voces, reflejando la realidad con el buen desarrollo de los personajes que le dan vida espléndida a sus páginas para el lector.

     El primer cuento La última foto es una esperanza materna tal y como el narrador lo describe con sus imágenes bien definidas, «una paloma con el ala rota», por la desesperación de aquel suceso cuando el hijo recién ve el mundo a través de sus tiernos latidos, y lucha por sobrevivir, la fe de la madre dispuesta hasta el último instante y su desenlace impredecible. Pero que en el segundo cuento aquella desesperación vuelve a surgir y Dios dio por cumplido su voluntad inevitable contra aquella niña cuyo nombre era Flor y se le arrebató de los regazos de la madre, como barrilete voló al cielo para siempre y el aguacero de las penas hizo crecer los turbulentos ríos del dolor.

     En el tercer cuento, en sus ensoñaciones causadas por un exótico juego patrocinado por militares y una empresa de bebidas gaseosas, aprende que la vida es un sueño, anhelo, un viaje hacia altas cumbres y que no hay nada más hermoso que aterrizar y voltear como fue el viaje por entre los vientos del propósito de existir, la razón maravillosa de vivir.

     Así mientras Luis Xalin va hilvanando su quehacer literario, en su estilo ágil y el dinamismo que otorga, capta y mantiene la atención del lector. Y como toda vida artística, donde el alma es oriunda desde el primer aliento y latido, Cumatzil entonces se convierte en el escenario de estas páginas de luminarias con esa voz de cañaveral, alas de murciélago, altas palmera, de cocales, de sendas cálidas de terracería, vuelo de zanates y quetzales; de niño campestre con alma de barrilete ondulando, inspirador y alegre, en los cielos de vientos; enjambres de anhelos por una vida de laureles; de puertos, de gaviotas, de mareas, de olas que hacen el llamado a cuidar la Madre Naturaleza y que el mar con sus caracolas, le agradece ese sueño, esa forma de pensar que natura es el hombre mismo.

Enarbolado su anhelo, su llamado a la reflexión que el hombre y el ecosistema deben coexistir mutuamente para cuidar el futuro de ambos.

Poeta Rodolfo Vicente
Momostenango, Guatemala

Comentario sobre El paracaidista infantil


Comentario sobre
El paracaidista infantil

     La satisfacción que experimenté cuando supe de la inminente edición de la segunda entrega literaria de Luis Xalin, con la publicación de su libro de cuentos El paracaidista infantil, es nada más similar a la que siente una persona que ha brindado alguna clase de abono a un árbol frutal en su crecimiento y desarrollo, y de pronto, ve que estalla gloriosa su primera florescencia para, inmediatamente, dar paso al milagro superlativo de la primera cosecha… y después de esta singular satisfacción, brota ya como algo natural su segunda recolección de
frutos…

     Y es que hace algunos años tuve la fortuna de haber acompañado en sus primeros andares en el mundo literario, a este joven escritor guatemalteco que, a fuerza de entusiasmo y tesonero trabajo de superación, autodidacta, ha ido escalando con paso de vencedor, los peldaños que conducen a los sitiales de privilegio, a donde acceden solo quienes tienen una capacidad, un rumbo fijo y un horizonte vislumbrado con criterios de certidumbre.

     En el año 2010, Luis Xalin escribió en la revista Cotzumalguapa:

     Gracias a su espíritu de expandir cultura por el medio literario usted me encarriló en el mundo de las letras desde el año 2002, dándome un espacio en su revista para publicar mis ideas sin censura. Posteriormente, junto a usted saboreé las mieles del triunfo ganando un primer lugar en los VII Juegos Florales de Siquinalá del 2007, (con el cuento que da nombre a este libro). Y un tercer lugar en Escuintla en el 2008; creo que fuimos los primeros lucianos en ser laureados en el mismo certamen literario. Lo que quiero resaltar es que sin su apoyo quizá yo no hubiese encontrado
el camino del maravilloso mundo de las letras…

     Luis Xalin, desde siempre, escribe con una superlativa sencillez. Sus cuentos y poemas no son producto de un elaborado y enciclopédico lenguaje, sino transmite sentimientos con la naturalidad que es característica en las personas que libaron desde su niñez la miel fidedigna de la autenticidad.

     Saludamos sus triunfos y le vaticinamos una larga y fructífera carrera para honra y gloria de su aldea natal, El Cajón (que en esta joya literaria la bautiza con el nombre de Cumatzil, nombre ficticio), de Santa Lucía Cotzumalguapa, en el ubérrimo departamento de Escuintla en la «Flor de pascua en la cintura de América» que dijera el escritor cimero de Guatemala.

     Auguramos los más conspicuos laureles, e incontables lectores, para esta y las posteriores obras de este inquieto joven multicondecorado que logrará escalar las alturas reservadas para quienes suelen estar a la altura de sus esperanzas y sueños. El tiempo, indudable e inexorablemente, nos dará la razón.

Carlos Barranco Rodríguez,
Escritor y poeta
Santa Lucía Cotzumalguapa,
Escuintla, Guatemala

El paracaidista infantil (Libro de cuentos).




Prólogo

El paracaidista infantil es —y lo afirmo con total convicción— el mejor libro de cuentos que se haya escrito en lengua castellana en la segunda década del presente siglo. Es un conjunto de retazos bonitos que el autor va
hilvanando con delicadeza, técnica y espontaneidad.

Estructurado con un lenguaje a veces técnico y a veces coloquial, el autor narra, en primera persona, las vivencias de un niño rural y sencillo; pero con una chispa extraordinaria, que avizora el futuro promisorio del narrador lírico de este conjunto de historias.

Esta obra es realmente una especie de novela en que pareciera que un relato es sucesor de otro; sin embargo, posee la especial particularidad de que cada uno de los capítulos que la conforman, tiene su propio nudo y desenlace, lo que la dota de la  exquisitez de poder compartir cualquiera de sus relatos sin sacarlo de contexto.

El paracaidista infantil, muestra el rostro solidario de la vida rural; la brillantez de los ojos de un niño que quiere compartir con
sus congéneres lo poco o mucho que posee.

Ternura traducida en fragmentos como:

Pepe contestó con gesto afirmativo; luego, intentó recibirlo y, al mismo tiempo que trataba de ponerse en pie, lo rechazó: yo sentía un gozo incomparable por tratar de obsequiarle mi pianito.

Una miscelánea es, estimado lector, esta obra que ahora tiene usted en sus manos; una ola de amor, humor y picardía, y una sombra que opaca la brillantez de aquellos ojos del niño que ofrecía su regalo; y que, de repente, se ven marchitos cuando, en uno de sus parientes, «su corazón había dejado de martillar su pecho para siempre».

Que esta obra vuele alto —porque es pájaro de altura—, y que el niño narrador, mitad real, mitad imaginario, se quede para siempre en el espíritu de aquel que tenga acceso a estos límpidos trocitos que de su alma nos ha prodigado el autor.

Y que perdure por los siglos de los siglos…

Fredy Figueroa,
Ortotipógrafo y crítico literario
Guatemala