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El día de los Santos Inocentes y el del No al Aborto





Cada 28 de diciembre se celebra por dos motivos: uno es  gracioso para las personas, aunque sea en honor por un suceso trágico y vil, y el otro, es monstruoso e incomprensible para la sociedad (pero los dos hacen referencia a los bebés, valga la aclaración). En primer lugar, les hablo de “El día de los Santos Inocentes, dejo el otro tema por último por ser, según yo, el más polémico por tratarse de un problema mundial que divide en dos la opinión de la gente ya que unos están a favor y otros, en contra alegando cada quien sus motivos. Así es la democracia y el libre albedrío, parece…
El 28, algunos periódicos publican noticias falsas (consignando el motivo por el cual se hace) y las personas joviales se divierte haciendo una serie de bromas a conocidos o a desconocidos transeúntes, como pegar monedas al pavimento de la calles o dejan en el suelo billetes amarados con hilos para jalarlos mientras  alguien inocentemente los trate de recoger. Es común ese día escuchar la frase popular “inocente palomita, te dejaste engañar”, por tal motivo no se presta dinero o cualquier objeto valioso y si lo hiciste ya sabes por qué no quieren devolver lo que diste fiado. La iglesia católica conmemora en esta fecha decembrina la matanza de niños en Belén,  ordenada por el rey Herodes hace más de dos mil años, al tratar de eliminar al Niño Jesús...   
 El 28 decembrino, también se conmemora el Día del no al Aborto. Es alarmante que en los United States, se den casos como el del aborto inducido (legalizado en algunos Estados) o el abandono de recién nacidos en la basura igual que cualquier desperdicio, siendo un país en la categoría del primer mundo por los avances tecnológicos, desarrollo económico y que brinda programas federales que ayudan al hijo y a la madre con una parte de la alimentación y atención medica, entre otros beneficios del ciudadano en este país. La sociedad lanza la primera piedra sin estar libre de pecado, sin averiguar cuáles son los factores que obligan a una joven a tomar la inhumana decisión de abortar o abandonar en un bote con basura a su inocente hijo, en vez de darlo en adopción o regalarlo a una familia que no pueden procrear los propio. Es mejor abandonarlo en la puerta de una iglesia, estación de bomberos o de la policía, cerca de un hospital… Hasta la fecha de hoy, hago público que estoy en  contra del aborto inducido, no sé si en el futuro cambie de opinión, pero mientras exhorto a las mujeres a que no lo hagan, y las que lo haran aunque tengan por naturaleza el derecho de decidir el futuro de un embarazo, eso no les da  el, poder absoluto de hacerlo ni toda la culpa si  llegasen a ese extremo. Y si ya tristemente lo hicieron, tengan paz y resignación en su corazón para ponerle punto y final a remordimiento de conciencia… (Quiero consignar que si peligra la salud o la vida de una madre o es una recomendación médica si se debe recurrir a la “interrupción de un embarazo”). 
 Nosotros los hombres también contribuimos con "un granito de arena", mejor dicho... con la mitad de la culpa sino es que con toda,  cuando evadimos   nuestras responsabilidades y obligaciones, dejamos a la mujer en el limbo, sin el apoyo, pero con  los reproches de los padres por el que dirán  de la sociedad sin importarles si fue por dinero, placer, amor o, en caso lamentable, por causa de una violación sexual que no fue denunciada  a las correspondientes autoridades por temor a represalias mortales.
Estamos viviendo, un acontecimiento atroz similar a la orden de Herodes de matar a niños menores de dos años; hoy los Herodes actuales, disfrazados con nombres modernos, están legalizando eliminar a embarazos menores de dos o tres meses. Otra matanza de inocentes…. ¿Qué sería de nosotros si la Madre Naturaleza decidiera abortarnos del globo terráqueo que viene siendo como nuestro útero? ¿Usted qué opina?


Autor: Luis Xalin.
NOTA: Columna publicada en la Revista "Cotzumalguapa". (Enero 2011)

¡Feliz año nuevo!



  Para esta fecha, apenas llevamos un par de días del nuevo año 2011. Y entonces, solemos decir que el tiempo vuela.  Y es cierto, los años no se detienen, aunque los relojes dejen de mover sus manecillas. Para comenzar el nuevo calendario con el pie derecho, los dejo con el siguiente artículo:

    El calendario de los mayas, según entiendo, estaba dividido en 18 meses de 20 días, esto hacían un total de 360 días. Los 5 que faltaban para completar los 365 días de un año, los consideraban de mala suerte, y por lo tanto, no hacían ningún trabajo durante ese tiempo. Además, cada 52 años  intercalaban 13 días.
    En nuestro calendario, también, suman esa misma cantidad, pero no todos seguidos, sino que un día al mes de febrero y a cada cuatro años. Así se forman los años bisiestos y el famoso 29 de febrero. (Si alguien nace en esa fecha, celebra su cumpleaños  a cada 4 años) La raíz de este arreglo data del año 1582, cuando el Papa Gregorio XIII al fin logró poner en orden el conteo de los años. Y por tal motivo al calendario que usamos en la actualidad, le llamamos Gregoriano.

Para lograr mayor exactitud en el tiempo, el 5 de octubre de 1582, el Papa dio la orden que el día siguiente fuera  el 15 de octubre. ¡Imagínense! se adelantaron  10 días que, se habían acumulado a través de algún período. Fue muy difícil lograr que tantas naciones, lejanas unas de otras, se acostumbraran a usar esa nueva fecha. En ese entonces sin los avances de la tecnología  y la comunicación actual.  Algo muy interesante del calendario maya es que ellos temían que al final de cada 52 años podría terminarse  el mundo. Entonces, para que sus dioses les permitieran vivir más años, hacían grandes sacrificios. Tristes y decaídos  esperaban la respuesta o el transcurso del tiempo estipulado. Y cuando pasaba el último día de la fecha indicada, les volvía de nuevo la alegría. Creían que sus dioses los habían dejado vivir otros 52 años más. Esto no quiere decir que eran tontos, o algo por el estilo, sino que era su manera de discernir  y sus creencias en esa época… Sin embargo, los mayas precisaron eclipses muchos años antes que sucediesen y otros descubrimientos, dignos de admiración, pero eso ya es miel de otro panal...

    Lo anterior me recuerda a la “bola”, superstición o creencia que la gente contaba, infundiendo miedo a los niños. Decían que en el años 2000 sería el fin del mundo. Varias personas de todas las naciones esperaron que esto pasara al final del siglo 20 y comienzo del 21 y todavía estamos respirando el aire, un tanto contaminado, pero vivitos y coleando. No paso nada malo. En nuestro país, por nuestro origen, la creencia  pudo haberse tomado de los mayas.
    Parece que nadie sabían que cuando corría el año 1280 en el calendario Romano, el Papa de ese entonces le encargó a un Monje intelectual llamado  Dionisio el Exiguo que averiguara el año exacto del nacimiento de nuestro Señor Jesús. Él con los pocos datos e inconclusos que logró reunir, calculó que había nacido en el año 754. Por lo tanto ya habían pasado 525 años. Entonces el Papa decidió que dejara de usarse  el calendario Romano y que los años se contaran a partir de la fecha del nacimiento de Jesús. Ese mismo día anunció que corría el año 525. Sin embargo, un titipuchal de tiempo después, otros estudios basados en la Biblia (como San Mateo 2 y San Lucas 2) y porque los historiadores romanos apuntaron valiosos datos, tales como que el Rey Herodes falleció en el año 750, pocos días después de un eclipse de luna. (Los astrónomos comprobaron científicamente que  sucedió el eclipse el 12 de marzo de 750, de eso no hay duda).     Esos estudios demostraron que Jesús nació (aproximadamente) en el año 748  y no en el  754 como lo había calculado el Monje Dionisio, tiempo atrás. 2 años antes de la muerte de Herodes  y 6 del cálculo del Monje.  No obstante, el calendario ya no se cambió. Probablemente ya no se cambiará a pesar de saber que,  según ese error, no estamos en el año 2011 si no que en el 2017.
    En realidad ir atrasados o adelantados en el tiempo exacto en la contabilidad de los años no beneficia ni perjudica, porque el tiempo es de Dios y las fechas de nosotros los humanos para  saber en que  momento se va a siembra la milpa y llevar la cuenta o descuento de nuestros años, la fecha en que parirá la puerca, el día que se pretende viajar, etc., etc.,…

    Ya pasó la falsa alarma del 2000, casi todos esperaban que el cielo se abriera y cayera sobre la faz de la tierra o que se saliera el mar y se  inundara hasta los cráteres de los volcanes, apocalípticamente….


Autor: Luis Xalin.