Entradas populares

El valor de la amistad...



 Tenemos la libertad de elegir a nuestros amigos. Podemos elegirlos por compartir la misma ideología, por tener  los mismos sueños, metas y actitud positiva para enfrentar la vida. O simplemente nos hacemos amigos de personas que, conocemos por casualidad en algún lugar, o nos brindan apoyo en un momento de dificultad. En fin, existen muchas maneras de ganarse la confianza y hacer de un desconocido, un AMIGO.

Tener una amistad con alguien no nos da el derecho a tratar de manipular a esas personas para que piensen o actúen como mejor nos convengan. No podemos forzarlas a hacer algo o decir lo que nos gustaría escuchar. Podemos comprender a un amigo y darle la razón, pero no estamos obligados a seguir sus técnicas, costumbres y prácticas sólo para quedar bien. Debemos seguir nuestro propio camino. A mí me gusta la lectoescritura y si alguien está leyendo esta nota es porque conmigo el gusto por la lectura.  Nadie puede exigir a otra persona a frecuentar lugares peligrosos en contra de la voluntad, si tienes a alguien así, se le considera un mal amigo. Nadie quien realmente te aprecia querrá verte fracasar o estar atrapado en las redes de malos vicios….

La amistad debe ser sincera, pero cuando es condicional, es fácil de saberlo porque la otra persona no hace nada por salvarla cuando se tiene un problema  que la pone a prueba de fuego. Cuando una relación se romper, ya sea sentimental, laboral o de otra índole, casi, sino es que siempre se trata de lastimar a la otra persona. En esta entrega, me refiero a cuando se termina una relación de amistad. Cuando se es un amigo se alaba y se dicen palabras muy bonitas, pero cuando surge un problema por error, todo lo construido hasta ese momento se derrumba y la otra persona aprovecha el desliz para dar por terminado la relación. “Cuentas conmigo”, es una frase muy popular, pero a la hora de cometer una falta y tratar de corregirlo se olvidan de la amistad y tratan de cobrar y castigar, a como dé lugar antes tratar de salva la relación. 

Quien sabe ser un buen amigo conoce el valor que tiene una amistad; es incalculable si buscamos una cifra para representarla, no se puede dar un número. No creo que exista un ser que no sienta la necesidad de tener un amigo con quien conversar sobre sus sueños, miedos, planes, fracasos o triunfos. Cuando la amistad es solida no existen malos entendidos, chismes, calumnias o cualquier otro traspié que pueda fácilmente romper la relación…

 Muchos aseguran por allí que el mejor amigo es el dinero. Seguramente son personas que tienen vacío el corazón…  El perro se ha ganado la frase que encierra una verdad indudable: “El mejor amigo del hombre”. Quien nunca ha tenido un perro de mascota no entenderá esto.  

Tener un amigo es como poseer una puerta a otro mundo, cuando se basa en la confianza y la sinceridad. Todos podemos ser buenos amigos o por lo menos tener uno que consideremos el  mejor, un cómplice de nuestras locuras. Por allí he escuchado que dicen:” Era mi mejor amiga, ahora  es mi peor enemiga. Y todo pasa por no saber valorar la amistad”. ES cierto que a veces  se cometen errores que es por demás salvar una relación de amistad, pero por lo menos no pensar en la despreciable venganza...

Una de  las causas más comunes de perder una amistad es por dinero. Dice un refrán popular “cuentas claras, amistades largas”. Y esta demás decirlo que muchos se aprovechan por la amistad recíproca para pedir prestado dinero y al final no regresan la cantidad monetaria, ya sea pequeña o considerable. El punto no es la cantidad sino la intención.

Actualmente por el gran avance de la tecnología y las redes sociales el concepto “amigo” se usa sin saber el verdadero significado y la responsabilidad que conlleva usarlo. No se le puede llamar amigo a una persona que simplemente es alguien conocido.  Sin embargo, como canta Roberto Carlos en una de sus canciones:  “Yo quiero tener un millón de amigos… y un coro de pajaritos”.

 Autor: Luis Xalin.