Actualmente en
muchos países del globo terráqueo, se celebra el día del trabajo, el 1 de mayo. La historia se
remonta muchos años atrás. Pero aquí en este espacio, les relato lo que pasó de
1884 en adelante, cuando la federación de los trabajadores convoco a una huelga
general para el 1 de mayo de 1886, para exigir
la jornada de solo 8 horas de trabajo al día.
Por eso, los
pequeños productores al no saber qué hacer, abandonan el campo y emigran solos
o con sus familias a las ciudades con la idea y la esperanza de que allí si
encontraran un empleo fijo o por lo menos temporal en el que trabajaran para
ganarse el pan de cada día… Y valientemente muchos lo logran laborando
arduamente. Aunque, en la ciudad, igual que en el campo el desempleo también
azota.
Los agricultores
pobres que únicamente viven de sus
propios trabajos agrícolas son los que a menudo sufren hambre y otras necesidades. Cuando aun no se ha
recogido las nuevas cosechas para la venta y/o el autoconsumo y se les agota
las reservas de alimento.
El agricultor
trabaja la tierra con sus manos para convertirla en grano, en verdura, en
fruta, en fin… para alimentar a las personas que se dedican a labores de otra
índole. Día tras día año tras año.
Autor: Luis Xalin.
Publicado
en la revista “Cotzumalguapa”, mayo 2005.