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El paracaidista infantil (cuento # 3 de El paracaidista infantil).


 
Comentario sobre El paracaidista infantil 

RESEÑA

El cuento El paracaidista infantil, escrito por el escritor guatemalteco Luis Xalin, narra, en primera persona, las experiencias de un niño en una tarde de feria navideña.

El cuento empieza con la observación de un diploma de paracaidista infantil que le hace rememorar no sólo los miedos infantiles a las atracciones de la feria sino también el episodio en el que se sintió un héroe y le infundió coraje para ir a la escuela a aprender a leer.

Dieciséis años después, absorto, frente al cuadro del diploma de paracaidista infantil  colgado en la pared sin telarañas, me aterrizó en la mente el recuerdo de  la noche navideña:  

Su estructura temporal es discontinua, en concreto un flashback que conduce al narrador protagonista, a través de su mundo onírico, hasta llegar al aprendizaje que surge del acto de valentía del seudoparacaidismo.

«Este es mi diploma. ¡Qué chilero!», pensé, y sentí la sensación más  hermosa del ser humano: ¡alegría!  

Desde ese momento, quedó sembrado en mi mente el deseo de ir a la escuela. Quería  aprender a leer para descifrar el significado de las letras escritas en el diploma.
Es un cuento costumbrista en el que el autor recuerda las Navidades familiares y, más concretamente, la feria en su tierra natal:

 y, por eso, mi mamá me pondría a estudiar el primer grado de primaria,  en la escuelita de la aldea Cumatzil. 

Usa características propias del castellano de Guatemala :  ¡Qué chilero!, una choca, patojo,… Y también del habla infantil: el verbo analógico sabo, en vez de sé.

A pesar de pensar que la feria transcurre en Guatemala, me asalta la duda al leer la palabra Chicago. La moneda usada por el narrador protagonista y la escuela a la que ha de asistir me inclinan a opinar que el cuento sucede en Guatemala, pero la alusión a la ciudad norteamericana y las características de la feria me inducen a vacilar.

Me ha parecido un excelente cuento de carácter costumbrista y, posiblemente, basado en una experiencia propia. El final me ha arrancado una sonrisa y, al mismo tiempo, ha producido en mí el efecto contrario. Es muy triste que una criatura no pueda disfrutar plenamente de las fiestas por falta de dinero, si bien es cierto que el diploma no se lo quitaba nadie.


Quiero un higo en miel —le dije a la vendedora. Mientras ella destapaba los dulces, y la  abejita salía de su cárcel de nylon, le enseñé una choca.
—No te alcanza, patojo —me respondió un poco molesta. 





María Oreto Martínez 
Poeta española 



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