Con su escrito auto biográfico “Por la ruta del exilio” ya no queda duda que sus letras poseen una excelente calidad, por lo que han ganado un distinguido lugar dentro de la literatura Luciana (para no ir más lejos). Es una historia verídica que muchas personas ignoran.
A mí personalmente, me interesa conocer la historia guatemalteca, y con más ahínco, los acontecimientos que le dieron un nuevo giro al sistema político, social, escolar y económico de Santa Lucía Cotzumalguapa. Está demás apuntar que el actual pueblo Luciano es el resultado de los crasos errores y aciertos del ayer. El pasado no lo podemos cambiar, pero el futuro sí, con buenas decisiones y actos que beneficien a la mayoría de la población.
Hay incontables anécdotas trágicas que sucedieron en el transcurso de los mas o menos 36 años de enfrentamiento armada interno en Guatemala que culminó hasta la firma de la paz, en el gobierno de Álvaro Arzú, el 29 de diciembre de 1996. Muchas nos cuentan sobre pueblos que fueron casi arrasados, de familias masacradas y personas incriminadas de subversivos, y que por eso, fueron cruelmente ajusticiadas. O simplemente por envidias… Varias de ellas fueron recopiladas en “Guatemala: Memoria del Silencio. Nunca más”. Cuando leí ese trabajo publicado (si no me equivoco) por la Comisión para el Esclarecimiento histórico (CEH), sentí animosidad por la barbarie cometida en contra de personas inocentes, entre ellas niños, mujeres embarazadas, ancianos… Sobre esto ya había escuchado algunos relatos por parte de personas que escaparon de ser bestialmente aniquilados (por uno u otro bando) y se vieron obligados a emigrar a otro lugar, algo así como un destierro forzado en el mismo país, para resguardar sus vidas.
“Por la ruta del exilio” es un relato escrito de su puño y letra. Es el relato de una parte de su vida. Es la oportunidad de hacer una denuncia pública de un secuestro frustrado.
Mi memoria vagamente recuerda hechos esporádicos a partir del principio de 1991. Muchas historias sobre ejecuciones extrajudiciales los escuché cuando era niño, detrás de la puerta porque mis padres eran muy discretos debido a mi corta edad. Historias de esa índole son, solamente contadas en el círculo familiar y entre íntimos amigos. Por lo anterior, publicar la historia será un homenaje a los mártires de “la violencia” y a la vez, una denuncia de los atropellos a los derechos humanos en esa época.
Como sugerencia (no como un mandato) debería agregarle al relato algunos poemas y/o columnas escritos por usted en ese entonces para la mejor comprensión del lector sobre la gravedad del asunto y del por qué a usted lo querían “borrar de la geografía Luciana”. Por ejemplo incluir “El soldado de Guatemala”.
Me alegré mucho, al leer por segunda ocasión el relato, pero esta vez más detallada y con una introducción, aunque muy resumida, idónea para comprender mejor las causas de su persecución. Su historia es interesante y ayuda a comprender la impunidad que se manejó en esos ayeres, a conocer como se manejó la política Luciana, pero gracias a las personas, opositoras a las injusticias que no permitieron cometer más atropellos a las autoridades para enriquecerse a sus anchas sin que nadie dijera “alto yo no estoy de acuerdo”.
Gracias a los que ofrendaron su vida (también gracias a los que no se dejaron matar, como usted), hoy tenemos libertad, un país democrático, por lo cual podemos elegir por medio del voto libre y secreto a quien consideremos conveniente para que administre nuestra nación y no a quien diga el compadre o el vecino. Hoy ya no existe el temor que en las próximas elecciones, exista fraude electoral, sino que el voto popular es quien elige a las autoridades que nos gobernarán regidos por los reglamentos legales. El pasado no volverá gracias a la presión de la oposición que paulatinamente hizo cambiar el giro de nuestro país a un desarrollo en pro de la mayoría.
El testimonio de cómo escapó a sus captores es un grito público para que sepan que usted no se dejo “machucar” por el gobierno militar que quiso perpetuarse en el poder… Que fue un opositor y le costó un largo y doloroso exilio para proteger su integridad física y a su familia. Otras personas igual que usted impidieron que censuraran la libre expresión del pensamiento, entre muchas otros planes que pensaban realizar…. Desgraciadamente, en el país vecino, México para más señas, se está viviendo una situación similar donde el crimen organizado trata de acallar a periodistas que en el ejercicio de su deber informan de las matanzas que se vive a diario por causa del narcotráfico… esperemos que no se siga derramando más sangre inocente.
Espero que “Por la ruta del exilio” pronto vea la luz pública.
(Esto es un pequeño comentario de quien vive en carne propia las experiencias y sentimientos que se experimentan lejos de la patria, pero en mi caso por causas de un exilio voluntario).
Autor: Luis Xalin.
Nota: Publicado en el blog LUCIANOTAS de mi amigo Carlos Barranco, el 30 de agosto de 2011 y también, en su revista "Cotzumalguapa del mes de septiembre. Este comentarios es sobre un libro auto bibliográfico que él pretende publicar. (Originalmente se anunció su publicación con el título ESTO ES PARTE DE LA HISTORIA)
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