Como “el
mejor oficio del mundo” definió al periodismo Gabriel García Márquez y no es
para menos porque a través de esa actividad se puede mantener informado de
acontecimientos relevantes, esa labor informativa requiere de mucha lectura, investigación y
análisis. Gabriel hizo un gran trabajo en este ámbito. Fue inigualable cronista y envidiable novelista. Fue un
polifacético en el ambiente de las letras.
El mundo
literario colombiano se viste de negro, la literatura universal está de luto,
el premio Nobel de la Literatura 1982,
escritor magistral e inimitable de humilde origen, falleció el Jueves Santo dejándonos
su magna narrativa que indudablemente
seguirá vigente eternamente. Fue el creador del realismo mágico que le dio a su obra un
distintivo que lo convirtió en única y lo hizo merecedor del Nobel. Ese género literario atrapa al lector desde la primera hasta la última página, tal es el caso de la novela
más conocida mundialmente por ser una de las obras literarias transcendentales
del siglo XX: Cien años de Soledad, el
libro que compré y leí en los años de mi adolescencia, después de leer el
primer párrafo de la novela en un libro escolar. Esa parte fue el
aliciente que me llevó a seguir su
obra, apoyado por las sugerencias de los maestros sobre cuáles son los mejores libros para fomentar la lectura.
Otros
conocieron los libros de García
Márquez por las lecciones obligadas que
imponían los profesores de Idioma Español en la escuela, pero a mí me interesó
por tener el buen hábito de leer, afortunadamente; de esta manera conocí las obras de otros autores, nacionales y
extranjeros. En ese entonces, sin
saber mucho de la fama y sin comprender
del todo la calidad narrativa de
“Gabo”, quedé maravillado por su admirable forma de narrar que mágicamente cautiva la atención del lector. Leer sus
novelas es quedarse absorto imaginado las estampas, las acciones y los
personajes mientras se explora todo los rincones de su asombrosa obra. ¡Siempre he afirmado que él es uno de mis escritores
favoritos y lo seguirá siendo!
Es
extensa su obra literaria. Su genial legado
fue influenciado por las
narraciones orales de su abuelo paterno a quien lo llamó su “cordón umbilical
con la historia y la realidad”. Si también nosotros encontráramos la manera de
contar de manera bella e interesante
nuestras propias anécdotas, recuerdos escolares, infantiles y/o familiares
podíamos escribir una bonita novela o una colección de cuentos originales que, aunque no llegaran a
alcanzar la gloria, tan sólo con publicarla
sería un éxito para nuestra satisfacción personal. Indudablemente el
próximo libro que compraré será una novela de su autoría o su autobiografía
para agudizar mi afición literaria.
Todos los
amantes de la literatura y aficionados
al periodismo lamentamos el deceso
inesperado del literato, la noticia de su muerte corrió como pólvora a
través de todos los medios de comunicación.
El escritor Homero Aridjis dijo
en el discurso en su honor: “A Víctor Hugo lo despidieron dos millones en
Paris, pero a Gabriel lo harán millones por la televisión”. Aquí quiero agregar
que el aprecio de la gente nos se hizo esperar por las redes sociales, radio y
la prensa. La literatura permitió que
el intelectual García Márquez dejara una huella imborrable y que el “mundo entero” se proclamara
para darle el último adiós. Y nosotros también desde este espacio, con
estos pequeños comentarios, le rendimos un humilde homenaje: ¡descansa en paz, Gabo!
Autor: Luis Xalin
Autor: Luis Xalin
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